martes, 27 de marzo de 2012

# 273


Amanece un nuevo día,
sin planes, sin nada que hacer y decides hacer algo.
Te levantas, vas al baño te encuentras con tu rostro dormido
y decides echarte agua. Bajas las escaleras de caracol mientras,
Lulú te sigue con su grisáceo pelo y tan suave como un osito.
Me preparo un poco de té y me siento a leer mi libro preferido,
mientras él me hace cosquillas con su cuerpo, es tan cariñoso
y a la vez tan arisco... mi gato. Lulú.
¿Dónde estás? 
Hace días no siento tus diminutas patitas andando por mi panza,
tampoco veo bolitas de pelos en el sofá...
Vuelve mi pequeño amigo, vuelve mi gran amor.
Tú que sabes darme cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario