# 394

Mírala. Ahí va, con la sonrisa puesta.

Como si no pasara nada.

Como si lo tuviera todo.

Se cree que le debe algo a la vida.

Y no sabe que la deuda es con ella.
Mírala, y verás en sus ojos lo que esconde su sonrisa.
Lo que con palabras no le permite su voz.
Lo que le gritaría a la vida.

# 393

Perdonar se volvió una costumbre.

Daba igual lo que hiciera, 

daba igual lo que dijera.

Parecía que el perdón ya lo tenía en mente.

Incluso antes de saber nada.

No había ningún límite,

parecía que estaba dispuesta a sufrir lo que hiciera falta por él.

Nunca me paré a pensar en mi,

en mi salud mental, en quererme un poco.

Nunca me pregunté sin valía la pena seguir perdonando.

Siempre dije ni una más y siempre vinieron muchas más.

Y cuando quise tomar las riendas, dejar de perdonar,

dejar de sufrir, volví a creerle.

Volví a creer en el cambio que sé que nunca va a llegar.

# 392

Lo intenté, de cada forma que imaginé.

Recé por volver a aquel momento,

para esta vez actuar sin arrepentimiento.

Todo lo que un día creí ser, pareció bruma.

Se esfumó como si no me conociera.

Como si todo lo que un día odié me hubiera invadido.

Como si el odio me hubiera empujado a renacer.

Y ahí estaba, intentando volver a ser feliz.

Sintiéndome más viva que nunca.

# 391

Te voy a escribir los versos más bonitos que jamás se hayan escrito. Te dije.

¿Y de qué me sirvió?

 Tú jamás los entendistes.