Me gustaría que alguna vez nos cambiásemos los papeles,
que yo sea la que dicta las normas,
la que decide cuando, porqué y como.
Y que tú fueras el que me busca hasta debajo de la cama,
sin cansarte un solo día
de esperarme y no obtener resultado.
En fin que un día me ames como yo a ti,
o simplemente lo demuestres.
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