martes, 28 de junio de 2011

# 104

Era una mujerestrella o una estrellamujer. Me hacía daño cada vez que miraba, esos ojitos infinitos de universo se atraviesan bien hasta el fondo y te dejan marca. Cuando la tenía cerquita mía, podía verle todos esos satélites girando por su cabeza, las estrellas fugaces, que si te fijas, son más bien lentas y, alguno que otro asteroide, dispuesto a colisionar contra mis órbitas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario