viernes, 26 de agosto de 2011

# 178


Vivíamos al final de un sombrío bosque, muy pocos conocían nuestra aldea por su nombre, pero muchos habían oído los horrores que en ella sucedían. Mi madre siempre me decía: ''no hables con desconocidos, ve a por agua y vente derecha a casa''. Yo intentaba ser una niña buena y hacerle caso. De verdad que lo intentaba. Sé que las niñas buenas no cazan conejos ni se adentran en el bosque solas, pero desde que éramos pequeños, él siempre se las arreglaba para que yo quisiera saltarme las reglas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario