lunes, 21 de febrero de 2011

#27


Un día comencé a soñar cosas inimaginables, imposibles… cada noche al acostarme pensaba en esas cosas, y al despertarme veía que era solo un sueño. Pero las cosas empezaron a cambiar, llegaste tú, y me hiciste ver las cosas desde otra perspectiva, esa perspectiva era la que permitía que esos sueños ya no fueran inimaginables e imposibles si no todo lo contrario, los hiciste realidad, conmigo. Empezamos a vivir nuevas hazañas, nuevas aventuras, nuevos problemas, que finalmente siempre las resolvíamos queriendo vivir más, pero todas tenían su fin, todas terminaban con un: no te vayas… y con un abrazo que sin querer que terminara, tenía que terminar. Pero también había finales diferentes, especiales, eran pocos pero inolvidables, un final de despertar y tenerte junto a mí, y recibir ese desayuno que tanto me gusta. Pero tristemente es un fin, y acaba con ese no te vayas… Pero en ese sueño al hacerse realidad venía junto con una condición para que pudiese hacerse realidad, esa condición era que si quería que fuese realidad, iba a sufrir por esos finales pero que el objetivo era luchar contra ellos. Por eso me acuesto y sigo soñando, me levanto y ya por lo menos puedo decir que te tengo, no de la formas que los dos deseamos, pero me levanto con esa meta de luchar por nuestro día… Ese día en el que no tendremos que decirnos:
- No te vayas…
Porque querer es poder, y como podemos, nos queremos y lucharemos por ese día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario