Volviste a mi vida.
Quizás cuando más te necesitaba, o quizás no.
Volviste y no lo entendí.
Lo hiciste como si no hubiera pasado nada desde la última vez que hablamos.
Te miré, y parecias la misma.
¡Y tanto que eras la misma!
Volviste a irte.
Sin medir palabra.
Sin preguntar porqué.
Cuando más te necesité querida amiga.
Cuando sabias que mi mundo era un rompecabezas sin piezas suficientes.
Vivimos momentos bonitos, especiales, pero dueles.
Duele no entender tu abandono cuando para mi eras la única que podía salvarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario